La aterradora teoría del «gran filtro» que podría explicar por qué no hemos encontrado vida inteligente en el universo y por qué su existencia podría significar el fin de la humanidad.

Imagina la evolución de la vida como una gran escalera cósmica que se extiende hacia el infinito. Cada peldaño representa un hito evolutivo importante, desde las primeras moléculas autorreplicantes hasta las civilizaciones que abarcan galaxias enteras. Actualmente, la humanidad se encuentra en los peldaños intermedios, habiendo logrado el uso de herramientas, la cultura y el conocimiento compartido.

Pero, ¿qué hay más allá? ¿Cuáles son los siguientes peldaños en esta escalera cósmica? Probablemente incluyan la colonización de nuestro sistema solar, la expansión a otros sistemas estelares y, finalmente, convertirnos en una civilización que abarque toda la Vía Láctea. Después de todo, extenderse y abarcar lo más posible es parte de la naturaleza de la vida tal como la conocemos.

El gran filtro: un desafío casi insuperable

Sin embargo, hay un gran problema: en nuestra vasta galaxia de 500.000 millones de planetas, no observamos ninguna civilización galáctica. El espacio parece estar vacío y muerto. Esto sugiere que algo está impidiendo que los seres vivos suban más allá del peldaño en el que nos encontramos actualmente. Algo que hace que volverse una civilización galáctica sea extremadamente difícil, quizás imposible. A esto se le conoce como «el gran filtro«.

El gran filtro es un desafío o peligro tan difícil de superar que elimina prácticamente a todas las especies que lo encuentran. Hay dos escenarios posibles, y ambos son bastante sombríos.

Escenario 1: El filtro está detrás de nosotros

En este escenario, somos increíblemente especiales y afortunados. El filtro está en uno de los peldaños que ya hemos superado, lo que significa que uno de los hitos evolutivos que hemos alcanzado es casi imposible de lograr.

Podría ser el peldaño de la vida misma. Quizás la aparición de vida a partir de la materia muerta es un evento extremadamente raro en el universo. O tal vez el gran filtro esté en el peldaño de las células complejas, como la singular simbiosis entre una célula cazadora primitiva y otra célula que dio origen a las células eucariotas actuales.

Si este es el caso, puede que haya miles de millones de planetas cubiertos de bacterias en la Vía Láctea, pero ninguno ha conseguido nuestro nivel de complejidad o inteligencia.

Escenario 2: El filtro está delante de nosotros

El segundo escenario es mucho más aterrador: el gran filtro está por venir, y muchas otras civilizaciones ya han fracasado ante él.

Si hay un gran filtro ante nosotros, debe ser tan peligroso, devastador y potente como para destruir todas o casi todas las civilizaciones avanzadas de nuestra galaxia durante miles de millones de años.

Una hipótesis muy abrumadora y deprimente es que cuando una especie toma el control de su planeta, emprende el camino hacia la autodestrucción. La tecnología podría ser una buena forma de lograrlo:

• Una guerra nuclear a gran escala
• Nanotecnología fuera de control
• Una bacteria multirresistente creada mediante ingeniería genética
• Un experimento que incendia toda la atmósfera
• Una superinteligencia artificial que destruye a sus creadores accidentalmente o a propósito

Alternativamente, podría ser algo mucho más simple: las especies tan competitivas como para controlar su planeta lo destruyen irremediablemente al competir por los recursos. En cada ecosistema, hay reacciones en cadena descontroladas que no pueden repararse una vez iniciadas, y cuando una civilización es tan poderosa que cambia la composición de la atmósfera, vuelve su planeta inhabitable en un 100% de las veces.

La esperanza de un universo estéril

Si el gran filtro está delante de nosotros, nuestras posibilidades de sobrevivir son muy malas. Sólo nos queda la esperanza de que estemos equivocados.

Es por eso que encontrar vida fuera de la Tierra sería horrible. Cuanta más vida haya en el universo, y cuanta más avanzada y compleja sea, más posibilidades habrá de que aparezca un filtro ante nosotros.

• Encontrar bacterias sería alarmante.
• Encontrar pequeños animales sería peor.
• Encontrar vida inteligente sería horripilante.
• Y encontrar ruinas de civilizaciones alienígenas antiguas sería devastador.

El mejor escenario para nosotros ahora mismo es que Marte sea estéril, que los océanos de Europa estén privados de vida, y que los enormes brazos de la Vía Láctea sólo acojan océanos vacíos que abracen continentes muertos. Que haya miles de millones de planetas vacíos esperando a que los descubramos y llenemos de vida, miles de millones de nuevos hogares esperándonos hasta que por fin lleguemos.

Conclusión: ¿Estamos condenados?

Entonces, ¿estamos condenados? La respuesta es que no lo sabemos. Quizás somos increíblemente afortunados y hemos superado el gran filtro. O quizás estamos caminando directamente hacia nuestra propia destrucción.

Todo lo que podemos hacer es tener esperanza y trabajar para asegurarnos de que la humanidad no se autodestruya. Debemos ser cautelosos con las tecnologías peligrosas y cuidar nuestro planeta para que podamos eventualmente expandirnos a las estrellas.

Porque si logramos superar el gran filtro, el universo entero será nuestro hogar.

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